"En la radio vuelve a decir el Presidente que hemos salido de la crisis;
solo se entra una vez en la crisis pero se sale a diario"

RELATO  /  IMAGEN  / CORTOMETRAJE
con sello propio

CRISIS

Son las doce y media de la mañana, ya son horas de levantarse, pero qué quieres, algo tendrá que dormir, que si no luego parece una zombie todo el día. Se estira la espalda con las manos en los costados para luego crujirse las vértebras; nadie diría que tiene un cuerpo escultural si no lo dejáramos bien claro. Y que es joven, que todavía es joven, porque aunque trata de amontonar los años en el segundo cajón de la cocina, detrás de la espumadera y el cazo, a los cuarenta no llega y se mantiene en una forma excepcional. No hace casi nada para lograrlo, es de lo poco bueno que le vino dado: un cuerpazo que para mantenerse atractiva solo tiene que estirarle la espalda por las mañanas y crujirle las vértebras para que se quede como nuevo. Revuelve entre los tangas para sacar uno azulado que le encanta, le hace sentirse sexi. Se sabe sexi y sexual, que son cosas distintas, cualidades que pueden venir la una sin la otra pero que ella aúna a la perfección. La minifalda es arriesgada para estar en pleno enero, pero qué quieres, hay que enseñar ahora que es cuando se puede, que es cuando se debe. Recoge al chaval en el colegio. Va en el viejo Ford Fiesta, que arranca dos de cada tres veces el pobre mío, a ver si para el año que viene ya podemos cambiarlo. En la radio vuelve a decir el Presidente que hemos salido de la crisis; solo se entra una vez en la crisis pero se sale a diario. Suelta al pequeño en casa de una vecina hasta que llegue Marta, la chiquilla que lo cuida por las tardes. Ella se come un pincho de tortilla en un bar con un buen vaso de vino y un Orfidal que le temple los nervios. Después el café; sí, ya sé que es contradictorio, pero necesita de las dos cosas, del calmante y del excitante. Aparca el Ford en medio del polígono y se sitúa donde las españolas, no vaya a ser que tenga problemas otra vez con las nigerianas del sector de al lado. Se detiene a su lado el primer camión de la tarde; será un cliché, claro que es un cliché, no te digo, pero si lo es, es por algo, porque pasa, porque los camioneros suelen parar, y este de hoy es su primer cliente. Que qué hace tan sola, le pregunta; el gilipollas se quiere hacer el interesante aun sabiendo que va a pagar y va a obtener lo que desea a cambio. Se sube al camión y observa de cerca a un tipo desaseado. Le dan ganas de bajarse, pero hace tanto frío que cuanto más aguante en la cabina, menos rato estará helándose el culo en la calle. El tipo pregunta cuánto. Ella piensa en su hijo, en que hay que cambiar el viejo Ford Fiesta, en que aunque LA CRISIS con mayúsculas haya acabado ella sigue estando en medio de una crisis en minúsculas, y entonces le suelta el precio, se cruje las cervicales y se acerca a su bragueta con ganas de meterle por el culo al Presidente lo que acaba ella de meterse en la boca.

*Vídeo realizado con imagen de librería.
*Relato contenido en el libro "Un año de amor contigo" de nuestro guionista David Alfaro.
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